sábado, 25 de julio de 2020

Capítulo 21 y ultimo



Leopoldo  ignora totalmente a Carlos y eso lo hunde. Cristina va mejorando, quiere estar bien para su esposo. Lo busca, desea amarlo pero él no la toca y ella no entiende lo que está pasando. Carlos y Leopoldo  sufren por estar separados y Cristina sufre porque tiene un esposo que  la trata como si fuera su hermana. 

Leopoldo  no soporta el peso de la mirada de su amado. No soporta tenerlo cerca y no poder besarlo. Pasa el máximo tiempo posible en su oficina. Carlos no puede más. Entra en el despacho.
--¡¡tenemos que hablar¡
--¡vete de mi despacho. Nos pueden ver¡
Carlos lo mira con cara de depravado.
--no tiene nada de malo que visite a mi suegro.
Leopoldo  se altera mucho. 
--¡¡por favor vete¡
Carlos se va acercando y Leopoldo huye. Dan vueltas alrededor del escritorio.
--no te comportes como un niño --dice Carlos.
--pues deja de acosarme.
Y Leopoldo tiene miedo. Sabe que si su amado lo acaricia pues no se va a poder resistir.
--tú me amas y me deseas. Deseas hacerme el amor.
Leopoldo se muestra furioso.
--¡¡eres el esposo de mi hija. No puedes querer acostarte conmigo y con mi hija¡
Carlos lo mira con cara de pícaro.
--Cristina y yo no hemos consumado el matrimonio.
Leopoldo siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Ama a ese chico y nada le gustaría más.
--no te creo. Duermes a su lado.
--pero para mi es como una hermana.
--¿y porque te casaste con ella?
Carlos está desesperado. Habla con dulzura y a la vez con reproche. 
--tú me obligaste. Me casé para demostrarte mi amor. Lo hice porque te amo.
Leopoldo se queda quieto y Carlos lo abraza.  Hay un pequeño forcejeo, forcejeo de amor. Leopoldo  se deja llevar y besa a Carlos.
--¡¡esto es una locura¡ ¡no puede ser¡ --Leopoldo.
--¡¡pero nos amamos, nos amamos¡
Ninguno de los dos puede parar lo que los une. Carlos empuja a su suegro contra la mesa. Los dos están muy ansiosos. Carlos se desabrocha los pantalones. Se los baja. Se baja los boxers. Leopoldo hace lo mismo
 Los dos hombres con los pantalones y calzoncillos en los pies. Leopoldo apoyado en la mesa y Carlos encima suyo. Lo penetra con su arma de una manera apasionada y desesperada. Le muerde el cuello. Los dos se retuercen del placer. No imaginan que en ese despacho Marlon tiene una cámara escondida y lo está viendo y grabando todo. Ha llamado a Manuela para decirle que su marido está con su joven amante sin especificar sexo. Manuela no soporta la idea que su marido la pueda dejar y por una más joven. A Cristina le dice que si marido tiene una amante y a los dos los cita en la empresa. Manuela se sorprende al encontrar a su hija en la puerta de la empresa. Jorge nunca ha querido trabajar con su padre pero trabaja en frente y va a ver que pasa.
--¡¡,es urgente¡¡ no hay tiempo que perder¡ -- dice Marlon.
Todos quieren una explicación. Marlon los lleva corriendo al despacho de Leopoldo. De una patada derriba la puerta. Los amantes son sorprendidos. Ahora es Carlos el que está apoyado sobre la mesa y Leopoldo lo penetra salvajemente. El desconcierto es general. Carlos y Leopoldo  están horrorizados. No saben qué hacer.
--¡¡lo tengo grabado en el celular¡¡¡Los podéis hundir¡ --dice Marlon.
Jorge se lanza contra su cuñado. Carlos con los boxers y los pantalones en los pies cae enseguida y Jorge se tira sobre su desnudo cuñado. Quiere matarlo a golpes. Cristina sale corriendo llorando. Leopoldo se sube los pantalones desesperado. Quiere ir tras su hija pero Manuela no le deja.
--¡estás acabado. Me voy a divorciar de ti por maricón y degenerado. Te voy a dejar sin un peso. Tú sigue con tu vida de maricón que tus hijos te tienen asco. Disfruta de esa basura que yo disfrutaré de tu dinero¡
Manuela se va con Marlon que disfruta mucho. Leopoldo se va hundido y avergonzado. Todos lo miran y lo señalan. Carlos no se defiende y Jorge lo golpea sin piedad. 

Manuela se va con Marlon. El chico es el que maneja. Por fin ha podido acabar con Leopoldo. Manuela está feliz de poder dejar a su marido en la calle y quedar ella como la víctima. Los amantes están eufóricos. Marlon  pierde el control del auto. Chocan contra un camión. El auto explota. 

Carlos casi pierde el conocimiento y Jorge lo deja ensangrentado y tirado en el piso. Va a apoyar a su hermana.Malherido y desesperado Carlos busca a Leopoldo que ha desaparecido. Lo busca hasta el cansancio. Cae en la calle gritando el nombre de su amado.

3 años después ... 



 Leopoldo ha desaparecido sin dejar huella cediendo todos sus bienes a sus hijos. Jorge ha usado ese dinero para financiar su carrera musical y está teniendo éxito 

Cristina no ha podido soportar que las dos personas a las que más quería la traicionaran. Se ha refugiado en un convento. Ahí, como una monja más,  ha encontrado la paz. Además el sacerdote es muy guapo y aunque sabe que es un amor imposible le gusta estar cerca suyo. 

Luisa vive con Coco en el apartamento de este y tienen una hija. A la mujer le duele que Carlos la haya borrado de su vida. Coco, con su hija en brazos, la abraza. El chico está  emocionado que la mujer haya abandonado una vida de lujos por él. Luisa nunca buscó el dinero sino felicidad y amor que lo tiene al lado de Coco pero le duele que ahora Carlos no quiera saber de su primo por estar con ella. Coco calma a su esposa.
--ya no eres la viuda de su padre. Ya olvidalo.
--pero es tu primo y yo os he vuelto a separar por segunda vez.
Coco sonríe. Por esa mujer las dos familias dejaron de hablarse y ahora es su esposa.
--Carlos es un malagradecido. Él se ha quedado con todo el dinero de su padre. ¡¡gracias a ti Carlos se ha podido gastar una fortuna buscando a Leopoldo  por todo el país¡
Luisa solo desea que su hijastro encuentre la felicidad tal y como la ha encontrado ella.



Carlos ha contratado detectives. Ha viajado por el mundo. No le importa lo que tenga que gastar, el tiempo que tenga que dedicar. Lo ha dejado todo en la vida. Sólo quiere encontrar a su amado a como dé lugar. 
Carlos ha llegado a un pequeño pueblo de la montaña. Le han hablado de un ermitaño que vive cerca del río y no se habla con nadie. Este ermitaño se está bañando desnudo en el río. Con barba y pelo largo, Carlos lo reconoce 
--¡¡Leopoldo ¡
Esa voz lo hace vibrar. El ermitaño se gira temblando. Carlos y Leopoldo  no se atreve a decir nada. Se miran entre lágrimas. Después de tantos años, de tanto dolor, están ahí tan lejos de todos. Sienten que se les va a escapar el corazón por la boca. Carlos se desnuda y corre hacia el río. Los dos se miran con amor.
--¿qué haces aquí?
--te he buscado por todo el mundo.
--¿a qué has venido?
Carlos suspira enamorado.
--a convencerte que me dejes quedarme en tu vida.
--no puedo volver. No quiero saber nada de nadie.
--¿ni de mi?
--¿renunciarías a todo por mi?
--ya lo he hecho. Llevo años sin vivir buscándote. He renunciado a todo menos a ti. Ahora puedes compartir tu soledad, tu cabaña conmigo. Los dos olvidando al mundo.
Leopoldo no dice nada pero por la manera tan enamorada con la que lo mira a Carlos es que sí. Se sonríen y se  besan. No necesitan palabras. Ahí mismo hacen ardientemente el amor.

Fin.







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