Cristina está en la uvi, rodeada de tubos. Sin conocimiento. Dando la pelea más dura y difícil de la vida: una pelea contra la muerte. Carlos está en la sala de espera correspondiente.
--¡¡ella es mi novia, tengo que verla¡
El chico está desesperado porque no le dicen nada. No le dan detalles sobre el estado y de verla ya ni hablar.
--sólo la familia puede verla.
Carlos se pelea con todo el mundo:
--¿¿¡es que no lo entienden?¡ ¡¡soy el novio, nadie más que yo tiene derecho a entrar¡
--tiene que esperar a que sea el horario de visita.
Carlos da un puñetazo a la pared. Se va furioso. Se acerca a Jorge .
---¡no me dejan verla¡
Jorge no puede dividirse, su padre, su hermana. Pregunta a las enfermeras, habla con médicos. Llama por el celular a su madre una y otra.
--¿¿dónde estás, mamá?
La necesita más que nunca. Manuela está en pleno coito con Marlon . En esos momentos para la mujer no importa nada más. Se podría hundir el mundo, coger con el guapo joven es sagrado. Carlos sigue a Jorge pero no escucha nada de lo que le dicen. Sólo está pendiente de Cristina:
--¿cuándo podré verla?
Carlos está convencido que en cuánto Cristina lo vea se pondrá bien. Leopoldo está en otra área del hospital.
--yo voy con mi padre -dice Jorge .
--Yo me quedo aquí.
Los dos amigos comparten una gran angustia. Por un lado Carlos sufre por el miedo de perder a su amada y por el otro lado le duele ver a su amigo deshecho.
Manuela se viste satisfecha. Busca su celular. Marlon trata de retenerla.
--no te vayas, quédate un rato más conmigo.
la mujer sonríe satisfecha:
la mujer sonríe satisfecha:
--que ansioso. ¿es que no has tenido bastante?
Marlon no quiere que su amante vaya con su esposo herido. Se muestra apasionado:
--nunca me canso de ti.
Manuela lo mira con cara libidinosa. Se besan. El chico casi logra arrastrarla de nuevo a la cama:
--No, no¡¡tengo cosas que hacer¡
Marlon se ofende:
--nada es más importante que yo.
--Mis hijos sí... no me gusta estar tanto tiempo desconectada de ellos.
Marlon no lo demuestra pero se muere de la rabia. Manuela mira todas las llamadas perdidas que tiene descubriendo que es su hijo el que no ha dejado de llamarla.
--hijo ¿qué ocurre? --pregunta al devolverle la llamada.
Jorge le habla con reproche:
--¡¡se puede saber dónde estabas?¡
Manuela adora a sus hijos pero no permite que lo falten al respecto ni que se metan en su vida.
--¡¡a mi no me hablas en ese tono¡
Jorge está desesperado. Dolido. Le duele mucho que su madre no esté con ellos cuando más lo necesitan. Sigue con los reproches.
--¿donde estabas?
--¡¡que te importa¡
Se hace un silencio. Jorge solloza. Manuela no imagina la tragedia que ha pasado. Marlon escucha con atención, deseando que se haya complicado el estado de Leopoldo y esté muerto. En tono maternal pero con dureza, Manuela dice a su hijo:
--Mira, señorito si sólo querias molestarme te voy a colgar.
Jorge no sabía cómo dar la noticia:
--papá y Cristina han tenido un accidente.
Manuela se queda pálida. Poco le importa el estado de su marido.
--¡¡Mi niña, cómo está mi niña¡
Manuela está desesperada. Con un hilo de voz, Jorge balbucea:
--Cristina se está muriendo.
Manuela termina de hablar con su hijo. Mientras se acaba de vestir, Marlon se hace el preocupado, el que quiere saber.
--¡¡yo te acompaño¡
--¡¡estás loco¡
Marlon se hace el ofendido:
--¿¿es que no significo nada en tu vida?¡
Manuela no tiene ningún interés en discutir.
--¡¡me voy sola¡ --dice con dureza.
Entonces Marlon cambia de táctica:
--es que estás muy nerviosa como para manejar.
Manuela permite que Marlon lo acompañe:
--¡¡pero te quedas fuera¡
Marlon se hace el ofendido:
--¡¡claro, como se te ocurre¡ ¡¡lo que yo menos quiero es molestar¡
Pero sus ojos brillan maquinando ya nuevas maldades contra Leopoldo .
Carlos junto a Jorge ha logrado entrar en la unidad en el que está Cristina. Carlos se derrumba al ver a su amada envuelta en tubos.
--qué te han hecho? ¿qué?
LLora deshecho. Jorge casi tiene que arrastrarlo hacia la puerta, arrancarlo del cuerpo de su hermana. Carlos llora, le suplica.
--¡no me hagas esto, no me saques¡
Carlos ya no puede aguantar más tener la mente fría. Siente que algo se le ha muerto por dentro al ver a su amada así. Jorge , aunque está muy triste, no se quiere dar el lujo de hundirse. Por su hermana, por su padre, por su amigo. Es muy fraternal con Carlos:
--estás muy nervioso. a Cristina no le hace bien.
--a Cristina no le puede hacer mal que yo la visite.
--es que no vas a hacer quedar mal, el médico ha dicho un momento. Mañana volvemos.
A Carlos le cuesta mucho abandonar el lugar. Mira a su amada con lágrimas en los ojos para contagiarle toda su energía. Ya fuera los dos amigos se funden en un cálido abrazo.
--¡no se va a morir¡ ¡¡dime que no se va a morir¡ --Carlos.
Los amigos se acarician, se abrazan. Se besan fraternalmente. Jorge quiere ir con su padre. Carlos se quiere quedar.
--aquí no haces nada. Es mejor que vuelvas mañana. Cristina, yo te necesitamos entero.
Los amigos se vuelven a abrazar. Carlos se resiste a irse.
--ve, descansa, cualquier cosa yo te llamo.
Carlos y Jorge se funden el uno en el otro para compartir su dolor, su carga.
Leopoldo está en una habitación. Lleva collarín. Está muy nervioso porque no le dejan ver a su hija, porque no le dicen como está. No dejan que se mueva. Manuela irrumpe en la habitación y lo mira con mucho odio:
--¡ojalá te hubieras muerto tú¡¡ eres mi desgracia¡
Leopoldo llora deshecho. Su llanto enfurece más a Manuela. Con mucho odio le dice:
--¡si mi hija se muere te mando a la cárcel, por asesino... ¡por matar a tu propia hija¡¡
Leopoldo grita, aúlla de dolor. Llora desesperado.
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