viernes, 24 de julio de 2020

Capítulo 6


Marlon  está manejando siempre muy pendiente de los movimientos del auto de Leopoldo . No lo puede perder.
--ya te dejé demasiado tiempo disfrutar de esa fortuna. Manuela será  una rica viuda ¡¡ahora sólo yo voy a contar, yo me voy a gastar todo tu dinero¡
Le suena el celular.
--¿¿¡quién será el inoportuno?
La voz de Manuela  suena por el manos libres.
--¿dónde estás? te estoy esperando.
--pero si no habíamos quedado.
Manuela  se molesta. Para ella Marlon  es una cosa suya que tiene la obligación de estar pendiente de ella las 24 horas.
--¿¿es que te tengo que pedir permiso? ¡¡yo te puedo ir a ver siempre que quiera¡ ¡¡es tu obligación¡
Marlon  no quiere que Manuela  se enoje con él pero lo que tiene entre manos es más importante.
--lo siento pero me ha surgido un compromiso,  ahora no puedo.
Manuela  no está acostumbrado a que le digan que no y es algo que no acepta.
--¡¡ven ahora mismo¡ ¿donde estás?¿con quién?¡¡
Por estar pendiente de él Marlon  casi pierde a Leopoldo  así que con un:
--luego te llamo.
La cuelga dejándola bien molesta. Marlon  se da cuenta de eso pero para sí mismo se dice:
--esto que hago es por nuestro bien. Dentro de poco estaremos siempre juntos.

Cristina y Marta  salen de la escuela muy ilusionadas. 
--¡¡estoy tan nerviosa¡
Marta  le da ánimos:
--Yo me encargo de Jorge , tú le dices a Carlos que quieres que te cante para tí sola y cuando estéis los dos en el garaje... ¡¡pues lo seduces¡
Cristina está convencida que Carlos es el amor de su vida y quiere vivir su primera vez con él.  Aunque también le da susto.
--¡tú tranquila. Carlos se hará cargo de todo¡ ¡¡tú sólo tienes que decirle que estás dispuesta y él te hará vivir el momento más feliz de su vida¡
--¿así fue con mi hermano?
--a los hombres no les gustan las niñas. Si no les das lo que necesitan se acaban buscando a otra.
Cristina suspira enamorada:
--¡¡Carlos y yo estaremos juntos toda la vida¡
Espera ansiosa la llegada de su amado. No es el auto de su hermano sino el de su padre la que la va a recoger.
--papá ¿qué haces aquí?
Se nota la desilusión de la joven y a Leopoldo  le duele:
--ay hija, yo pensé que estaría bien que pasáramos un momento padre e hija. Pensé que podíamos comer en el centro y luego ir de compras. Puedes gastar lo que quieras.
Cristina mira con fastidio a su padre:
--pero es que yo ya he quedado.
--¡¡que puede ser más importante que tu padre¡ --se queja Leopoldo .
A Cristina le duele decir no a su padre pero es que en esos momentos no hay nada más importante que Carlos. Cristina no deja de protestar. Leopoldo  sigue en el auto y la adolescente no se acerca a él. Al oído Marta  le dice a Cristina:
--tampoco tienes que hacer las cosas deprisa y corriendo, comprate cosas ¡¡ponte bien linda para él¡
Cristina se va muy ilusionada con su padre.
--¿y porqué el cambio?
--no,  por nada --dice con una sonrisa traviesa en su rostro.
Padre e hija hablan.  
--¿y cuando nos piensas decir que tienes novio?
Cristina se ruboriza:
--es que mamá no va a querer.
--¡es que si no hacéis las cosas bien hechas yo tampoco¡ ¡¡debiste presentarnos primero¡
Cristina agacha la cabeza. No le quiere decir que él no quiso pero Leopoldo  se da cuenta.
--¡¡lo que pasa es que no va en serio¡
Cristina defiende a su amado:
--¡¡él me ama y Jorge  confía en él¡
Leopoldo  siente un presentimiento, algo dentro de él le dice que Carlos no es el hombre que hará feliz a su hija.
--¡¡así no se hacen las cosas¡
--ya papá no me regañes...
--Es que tengo miedo que no seas feliz. A veces una se ciega con el primer amor y las cosas no son como parecen.
--eso no me va a pasar a mí¡¡yo voy a ser tan feliz con Carlos como tú con mamá¡
Leopoldo  no quiere tocar ese tema, no le quiere decir que eso es precisamente lo que no quiere que le vaya como a él. 

Carlos espera ansioso encontrarse con su amada. Jorge  maneja a su lado. Le sonríe.
--chico, de tan enamorado que estás hasta molestas¡todo el día los dos pegados como lapas¡
Carlos suspira enamorado:
--¡¡qué más quisiera yo que poder estar siempre con ella¡
A Jorge  le alegra que Carlos quiere tanto a su hermana, seguro que con nadie más puede ser más feliz. A Carlos los minutos le parecen horas cuando está sin Cristina. Jorge  no deja de reírse de él:
--¡que cara de bobo tienes¡
--Es cara de enamorado.¡¡¿es que no te pasa a ti eso con Marta ?
--No, claro que no. Con Marta  sólo es diversión,  no es serio. Somos más que nada amigos.
--Pues es una pena que no estés enamorado¡¡amar es lo más bello que le puede pasar a un hombre¡
Carlos habla ilusionado. Jorge  fuerza una sonrisa. Claro que está enamorado y vivir sin ella es una tortura. Sólo verla de lejos lo hace feliz pero no le puede decir a su amigo que ama a su madrastra a la que odia tanto. Carlos suspira al entrar ya en los terrenos de la escuela de su amada. Marta  espera sola. A Carlos se le queda una cara... Baja en seguida del auto preocupado:
--¿es que le pasó algo a Cristina?
--No, tranquilo. Su padre se la llevó de compras.
Carlos se enoja:
--¡¡como me ha hecho esto¡ ¡¡yo que me moría por verla¡
A Carlos le duele mucho creer que Cristina no tenía las mismas ansias por verlo a él de las que él tiene por verla a ella.  Da una patada al auto. Jorge  se baja.
--oye, que mi auto no tiene la culpa.
Mira a su amigo muy fraternal:
--seguro que fueron cosas de mi padre. Tampoco le podía decir que no.
--Oye que lo hizo para estar guapa para ti. ¡¡te va a dar la sorpresa de tu vida¡ --dice Marta .
Carlos siente que el corazón se le va a salir de la garganta:
--¿en serio?¿qué es?
Carlos está muy ansioso. Jorge  le da una patada en el trasero burlón:
--¡venga que si te dicen ya no es sorpresa¡
Jorge  y Marta  entran en el auto riéndose, Carlos se sienta detrás pensando en su amada.


Marlon  sigue de cerca a padre e hija. Dejan el auto en el parking de unos grandes almacenes. El propio Marlon  se mete entre los autos, se mete debajo y le corta los frenos. Luego se queda escondido. Tiene que pasar mucho rato pero finalmente Leopoldo  y su hija entran en el auto. Cristina suspira enamorada. ¡¡queda tan poco para su encuentro con su amado¡ Leopoldo  enciende el auto sin sospechar que se dirige a una carrera contra la muerte. Marlon  sonríe maliciosamente...

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